18 de Mayo de 2015

"Revivimos con el arte, reproducimos nuestra niñez, nos encontramos con la juventud como si fuera nuestra hermana pequeña, cariñosa y afectuosa. Como un niño construye mundos de fantasía con lo cotidiano, el artista encuentra palabras, imágenes y crea su propio universo en el lienzo, henchido de pasión y vitalidad. [...] Su propósito intencionado no es otro que la deconstrucción de los prejuicios ante el cristalino vidrio de la creación artística, la pérdida del miedo a fallar y aún el regocijo en el propio error, sabiéndolo admitir como la posibilidad de hacer algo mejor mañana, porque, ¿qué hay que tener desde nuestra juventud creativa si aún nos queda tanto por delante?"


Revista Maremágnum

Ya que dicen que disculparse suele resultar, en la mayor parte de las ocasiones, inútil, yo siempre tiendo a hacerlo (aunque, quizá, con suerte, pudiese ser una excusatio non petita). Presento un pequeño homenaje a un proyecto que nunca pensé que volverían a ver mis ojos: jóvenes reunidos en torno al arte y la poesía. El máster va tocando a su fin, lo que supone un último esfuerzo de proporciones sobrehumanas (y una reducción considerable de las horas de sueño). Esperemos que salga vivo, una vez más, de esta. Incluidme en vuestras oraciones.

Y mañana será otro día ...